La cita fue a las 12 del día en el Monumento a la Revolución. Ahí se reunirían las mujeres chilangas con el contingente que salió desde Ecatepec para marchar hacia el Ángel de la Independencia en el Paseo de la Reforma. La consigna de la movilización #VivasNosQueremos. Miles de mujeres de la Ciudad de México y al rededor de 40 ciudades en toda la República mexicana como Querétaro, Ciudad Juárez, Chihuahua, Monterrey, Mérida, Valladolid, Oaxaca, Puebla, Michoacán y Xalapa, salieron a manifestarse en contra de la violencia machista.
En Ecatepec los feminicidios eran noticia todos los días, así como la frustración de los familiares de las víctimas frente a la indolencia de las autoridades que culpan a las mujeres de su propia muerte. En Veracruz el escándalo de los Porkys había ocupado los principales espacios noticiosos en los últimos meses. Un año antes en la Ciudad de México un juez corrupto encarceló injustamente a Yakiri Rubio, una mujer que en defensa propia mató a su atacante después de haber sido levantada y violada por dos sujetos.
El 8 de marzo #DíaDeLaMujer de ese mismo año, Andrea Noel una periodista estadounidense sufrió un ataque sexual a plena luz del día en calles de la Colonia Condesa, su denuncia en redes y ante las autoridades sirvió para evidenciar el infierno que viven las mujeres cuando se atreven a levantar una denuncia ante las autoridades. Ella tuvo que salir del país por las amenazas que sufrió después de denunciar los hechos.
La creciente ola de feminicidios, el acoso constante a las mujeres en las calles y el transporte público, las denuncias que no prosperan en los ministerios públicos. La violencia hacia aquéllas que se atreven a alzar la voz, fueron el caldo de cultivo perfecto para que se organizara este movimiento que comenzó como un grupo cerrado en Facebook y se convirtió hasta ese momento en la mayor marcha feminista en México.